Por Maricusa.
Danzón, danza y música surgidos en la década de 1920 en Cuba, que
traspasó las fronteras y llegó a México y Centroamérica. Procede de la
contradanza y se baila en parejas. Se interpreta en compás, como en el
tango, el hombre imprime la fuerza y la mujer realiza las florituras. A
semejanza del chotis, se baila sobre un espacio reducido, es decir, que
no hay grandes desplazamientos. La música del danzón es, en muchas
ocasiones, una adaptación de canciones populares y, a veces, incluso,
fragmentos de música clásica. Ello significa que no tiene una melodía
propia, sino que son los arreglos orquestales los que imprimen la
cadencia al baile. Se dice que el primer danzón, “Las alturas de
Simpson”, se tocó en Cuba el 12 de agosto de 1877. Inicialmente lo
interpretaban orquestas típicas compuestas por violines, contrabajo,
trombón, cornetín, clarinete, trompeta y güiro, con el que se marca el
ritmo. Cuando este baile cobró auge surgieron las charangas o
danzoneras, en las que no falta el piano, la flauta, el violín, las
pailas, el contrabajo y el güiro. Autores notables han sido: Miguel
Failde, Manuel Saumell, Raimundo Valenzuela, Tomás Ponce y Agustín Lara,
entre otros. Entre los intérpretes más conocidos están: la Orquesta
Belisario López, Arcaño y sus Maravillas, Acerina y su danzonera y Toña
la Negra. Esta danza ha alcanzado gran popularidad en todo el mundo
gracias a la película Danzón (1991) de la directora mexicana María
Novaro.